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septiembre 05, 2010

Profesionales, aficionados y la gran mayoría

Si quieres que algo se haga, quizá quieras pedirle a un profesional que lo haga. Alguien que cuesta mucho, pero que vale mucho más de lo que cobra. Alguien quien se aparece incluso cuando no tiene ganas de hacerlo. Alguien que respalda su trabajo, que se hace mejor con el tiempo y que toma muy en serio la transacción.

O quizá quieras contratar un aficionado apasionado. Éste es un líder de grupo que hace lo que hace por amor, no por dinero. Es un obsesivo enamorado con la pieza en cuestión. Es una persona talentosa que está dispuesta a intercambiar un salario por la oportunidad de hacer lo que ama con libertad.

Lo que, por favor, no hagas es contratar una persona que piensa que sólo es su trabajo. Esta categoría representa la mayoría de tus opciones –y es esta categoría lo que hace que el trabajo tenga un mal nombre.

¿Tú quién eres?

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